“En una crisis, no se inventa el carácter. Se revela.”
John Wooden, entrenador y escritor estadounidense
Un liderazgo que se pone a prueba
En momentos de estabilidad, el liderazgo puede parecer una práctica rutinaria. Las decisiones fluyen dentro de marcos conocidos, las estructuras se mantienen y las dinámicas organizacionales responden con relativa previsibilidad. Sin embargo, en tiempos de crisis —ya sea una pandemia, una recesión económica, una guerra geopolítica o una disrupción tecnológica abrupta— el liderazgo se redefine, se tensiona y se expone en su esencia más profunda.
Una crisis no perdona la improvisación sin propósito ni el liderazgo carente de visión. La incertidumbre, la ansiedad y el miedo que se apoderan de los equipos exigen respuestas concretas, empatía radical y, sobre todo, coherencia. Es allí donde el liderazgo se convierte, no en un ejercicio de control, sino en un acto de servicio.
“Los líderes que comunican con claridad, consistencia y empatía son los que emergen más fuertes después de una crisis.”
Rosabeth Moss Kanter (Harvard Business School)
De líderes carismáticos a líderes responsables
Durante décadas, el discurso empresarial ha exaltado al líder carismático, audaz, centrado en resultados. Sin embargo, las múltiples crisis del siglo XXI han evidenciado que el liderazgo eficaz en contextos adversos no se define por la grandilocuencia ni por la infalibilidad, sino por la capacidad de tomar decisiones difíciles sin perder la humanidad.
El estudio realizado por McKinsey & Company durante la crisis del COVID-19 concluyó que las organizaciones que adoptaron modelos de liderazgo empático, con visión sistémica y enfoque en el bienestar del talento humano, no solo sobrevivieron sino que mejoraron su capacidad adaptativa post-crisis (“Leadership in a crisis: Responding to the coronavirus outbreak”, 2020).
Este tipo de liderazgo se basa en tres ejes: comunicación transparente, toma de decisiones ágil y valores inquebrantables. La crisis, como catalizador, obliga al líder a actuar con un profundo sentido ético, priorizando el bien colectivo incluso por encima de los intereses inmediatos del negocio.
“El liderazgo no se trata de ti. Se trata de servir a los demás.”
Ken Blanchard, autor de “The One Minute Manager”
Claves prácticas para liderar en medio de la tormenta
1. Comunicación clara y constante:
Uno de los errores más frecuentes en tiempos de crisis es el silencio organizacional. Los líderes deben comunicar no solo los hechos, sino también las emociones. Reconocer la dificultad, validar los miedos y proyectar esperanza son actos poderosos. La transparencia fortalece la confianza, incluso cuando no se tienen todas las respuestas.
2. Escucha activa y toma de decisiones compartida:
Liderar no es imponer, es co-crear. En momentos críticos, abrir espacios de escucha con colaboradores, proveedores y clientes permite comprender el panorama completo. Como lo plantea Edgar Schein en su obra sobre cultura organizacional, “la humildad es una cualidad esencial del liderazgo transformador” (“Humble Inquiry”, 2013).
3. Adaptabilidad estratégica:
Las crisis desafían las estructuras rígidas. Un líder resiliente es aquel que adapta su estrategia sin traicionar sus valores. Empresas como Netflix y Airbnb, por ejemplo, lograron reconfigurar su propuesta de valor en pleno colapso global gracias a una cultura organizacional flexible y abierta al aprendizaje constante.
4. Gestión emocional y presencia auténtica:
La inteligencia emocional es más determinante que nunca. Como señala Daniel Goleman, “los líderes eficaces tienen un alto grado de autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales” (“Emotional Intelligence”, 1995). En la práctica, esto significa estar disponible emocionalmente para el equipo, sin caer en paternalismos ni discursos vacíos.
5. Construcción de sentido y visión de futuro:
En tiempos difíciles, las personas buscan significado. Un líder inspirador es aquel que conecta cada acción con un propósito mayor. Esta visión trascendente es lo que impulsa a los equipos a seguir adelante, incluso cuando el panorama es incierto.
“No podemos dirigir el viento, pero sí ajustar las velas.”
Proverbio danés
Casos paradigmáticos de liderazgo en crisis
Jacinda Ardern, Primera Ministra de Nueva Zelanda, fue ampliamente reconocida por su gestión durante la pandemia. Su liderazgo se caracterizó por una mezcla de firmeza y empatía, que se tradujo en medidas eficaces y una comunicación humana, directa y constante.
Howard Schultz, ex CEO de Starbucks, logró mantener el espíritu corporativo de la empresa durante la recesión de 2008, priorizando el bienestar de sus empleados y tomando decisiones difíciles como el cierre de tiendas no rentables, sin perder de vista el propósito corporativo.
Satya Nadella, CEO de Microsoft, lideró una transformación cultural en medio de los desafíos tecnológicos y sociales de la última década, apostando por la inclusión, el aprendizaje continuo y una mentalidad de crecimiento que fortaleció la empresa frente a la disrupción digital.
“Los momentos más oscuros producen los líderes más brillantes.”
Robin Sharma, autor de “El líder que no tenía cargo”
Liderar no es resistir, es transformar
Una crisis no es solamente un momento de supervivencia; también es una oportunidad para reinventar las bases del liderazgo. Se trata de abandonar el paradigma del control absoluto y abrazar una nueva narrativa centrada en la colaboración, la humildad y la sostenibilidad.
Las organizaciones que logran convertir la adversidad en un proceso de aprendizaje y fortalecimiento interno son aquellas que construyen liderazgos con propósito. Porque en última instancia, liderar en tiempos de crisis no es un privilegio, es una responsabilidad ética con el presente y con las generaciones futuras.
“La adversidad es el campo de entrenamiento del liderazgo.”
Warren Bennis, pionero en estudios sobre liderazgo