Situada a 48 kilómetros al norte de Bogotá, Zipaquirá es una ciudad de gran relevancia cultural, arquitectónica y geológica en Colombia. Este municipio, cuya historia se remonta a la civilización muisca, ha evolucionado hasta convertirse en un punto de referencia para el turismo patrimonial y ecológico. Su infraestructura colonial y su icónica Catedral de Sal la convierten en un destino de alto valor tanto para visitantes nacionales como internacionales.
La Catedral de Sal: Una Maravilla de la Ingeniería y la Espiritualidad
El atractivo más emblemático de Zipaquirá es la Catedral de Sal, una estructura subterránea excavada a 180 metros de profundidad en una mina de halita. Esta obra arquitectónica combina técnicas de ingeniería avanzada con un simbolismo religioso profundo, convirtiéndose en un sitio de peregrinación y en una de las más destacadas maravillas turísticas del país. La catedral alberga un Viacrucis esculpido en roca salina, una nave central con una cruz de 16 metros de altura y juegos de iluminación que realzan su majestuosidad. Más allá de su función religiosa, este sitio representa un testimonio del desarrollo minero de la región y su impacto en la identidad local.
Patrimonio Arquitectónico y Cultural en el Centro Histórico
El casco antiguo de Zipaquirá preserva su herencia colonial a través de edificaciones de época, calles adoquinadas y plazas con valor histórico. En el centro de la ciudad, la Plaza de los Comuneros constituye un punto neurálgico donde se erige la Catedral Diocesana, una construcción de influencia neoclásica. Alrededor de la plaza, se encuentran diversas estructuras patrimoniales que evidencian la evolución arquitectónica desde el período colonial hasta la actualidad. La oferta gastronómica local, que incluye platos como el ajiaco santafereño y la fritanga, complementa la experiencia cultural de la ciudad.
El Tren Turístico de la Sabana: Un Viaje Escénico a Zipaquirá
Una forma atractiva de llegar a Zipaquirá es mediante el Tren Turístico de la Sabana, un recorrido que parte desde Bogotá y atraviesa el altiplano cundiboyacense. Esta travesía, caracterizada por sus paisajes rurales y su oferta de entretenimiento a bordo, permite a los visitantes disfrutar de la música tradicional colombiana mientras se sumergen en la historia y geografía de la región.
Entorno Natural y Turismo Sostenible
Los alrededores de Zipaquirá ofrecen diversas oportunidades para el ecoturismo y la exploración científica de los ecosistemas andinos:
- Parque Nacional Natural Chingaza: Una reserva ecológica que alberga una biodiversidad única, destacando especies endémicas como el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) y el venado de páramo.
- Guatavita y la Laguna Sagrada: Ubicada a menos de una hora de Zipaquirá, esta laguna fue el epicentro del mito de El Dorado, un relato que influyó en la historia de la colonización en América. Hoy, el área circundante es un destino privilegiado para la investigación arqueológica y el ecoturismo.
- Nemocón y sus Minas de Sal: A diferencia de la Catedral de Sal, las minas de Nemocón ofrecen una experiencia más orientada al conocimiento geológico, con espejos de sal naturales y formaciones cristalinas que datan de hace millones de años.
Zipaquirá es un destino de gran interés tanto para el turismo cultural como para el ecoturismo, con una oferta que combina patrimonio arquitectónico, espiritualidad y recursos naturales de incalculable valor. Desde su monumental Catedral de Sal hasta sus alrededores repletos de riqueza biológica e histórica, la ciudad constituye un referente indispensable en la exploración del altiplano cundiboyacense. Su legado minero, su infraestructura bien conservada y sus iniciativas de turismo sostenible garantizan una experiencia enriquecedora para viajeros y académicos por igual.
